febrero 04, 2014

Los Negros y la Religiones Afro-brasileras en Rio Grande do Sul (1º Parte)

Los negros africanos y sus descendientes participaron directamente en el desenvolvimiento económico  de los dos primeros siglos de la historia de Rio Grande do Sul. Según Beatriz Loner, “prácticamente no hubo profesión manual que no tuviese representantes de esa etnia en su desempeño, tanto en el período imperial como durante la República”. Lo mismo, como es sabido, sucedió en las demás capitanías y provincias de Brasil en donde, como dice Reginaldo Prandi, los esclavos africanos “fueron siendo introducidos en un flujo que corresponde punto por punto a la propia historia económica brasilera”; como lo demuestra el hecho del marco inaugurador de Rio Grande do Sul y la fundación del Fuerte de Jesús, María y José, en la Barra de Rio Grande en el año 1737 por el Brigadier José da Silva Paes, en cuya tropa formada por 260 hombres, había esclavos y negros libertos.

La historiografía de Rio Grande do Sul aun se debate entorno de la cuestión de conocer la procedencia del negro esclavo llevado a ese estado brasilero. Existe así, cierto consenso en que esa población se dividía entre negros “criollos”, es decir, individuos nacidos en Brasil y llevados al sur, los llamados “ladinos”, esto es, personas que ya habían trabajado en otras regiones del país; y negros africanos llegados a esa zona luego de haber pasado por otras regiones brasileras, entre ellas, Bahia, Pernambuco, São Paulo y Santa Catarina; e incluso negros africanos provenientes de Argentina y Uruguay. Sólo por citar algunos datos, estos negros actuaron como mano de obra en los ingenios azucareros de Pernambuco y Bahia, en la minería aurífera de Minas Gerais, en los campos de tabaco  y cacao de Bahia y Sergipe, en el cultivo de café en Rio de Janeiro y  São Paulo, en la agricultura y ganadería de Rio Grande do Sul, y en la minería de Goiás y Mato Grosso. Es sabido que durante algún tiempo, el envió al sur, era tomado como un pesado castigo y una fuerte amenaza a los esclavos desobedientes por parte de los patrones de otras regiones brasileras.

Como ejemplo podemos citar un relevamiento realizado junto a los “Inventários da Freguesia de Pelotas”, en el período comprendido entre 1850 y 1880, demostró que en el total de 1.604 esclavos, 460 eran criollos, 556 indeterminados y 590 africanos. Estos últimos, a su vez, se dividían en diferentes “naciones” o grupos tribales; como por ejemplo cuando en ocasión de las conmemoraciones de la abolición, desfilaron en Pelotas los “Filhos de Angola, Mina, Benguela, Erubé, Congo e Cabinda..." (Jornal Echo do Sul, 10/6/1888 Loner). Sea como fuere, en Rio Grande do Sul, “los bantús llegaron en un número muy superior a los sudaneses.” (R.B.: Correa).

La introducción del esclavo en Rio Grande do Sul, sucedió desde la primera mitad del siglo XVIII. Trabajan (como ya se mencionó) en la agricultura, en las estancias y sobre todo a partir de 1780, en la producción del “charque” (carne salada), en la región de Pelotas. Según Correa, los negros componían cerca del 30% de la población de Piratini y del 60% de Pelotas, sin embargo, con el inicio de la llegada de los colonos alemanes en 1824 y de los italianos en 1875, se verifica un aumento de la población blanca y una reducción del porcentaje de la población negra en territorio gaúcho. La producción de charque, efectuada por el trabajo manual esclavo en contextos muy desfavorables en razón de las condiciones climáticas, de precariedad de infraestructura y de severas exigencias, dictadas por el propio régimen esclavista; fue de tal magnitud que en 1861, el charque contribuía con el 37,7% del total de lo que exportaba Rio Grande do Sul, que junto con el cuero, que contribuía con un total del 37,2%, sumaban entre ambos un 74,9% del total de la producción exportadora gaúcha (R.B.: Assumpção).

La relación entre el trabajo forzado de los negros y el desenvolvimiento de las charqueadas, era tal que en la medida en que se aproximaba la abolición, también disminuyó el número de la producción de charque. Refiriéndose a la situación de la ciudad de Pelotas, Loner recuerda que “de un total de 34 charqueadas existentes en 1878 en la ciudad, se redujeron a 21 en vísperas de la abolición, y a 18 dos años después” (R.B.: Loner), ocasionando la disminución del charque que servía de alimento de los esclavos del sudeste y al mismo tiempo, acarreando una problemática en el mercado de consumo de este producto.

La estructuración del Batuque en Rio Grande do Sul constituyó otro tema que aun hoy en día, espera una profunda investigación. Todo indica que los primeros terreiros fueron fundados justamente en la región de Rio Grande y Pelotas. Para el historiador Marco Antônio Lirio de Mello (quien realizó una amplia investigación en los periódicos de Pelotas y Rio Grande del Siglo XIX), la presencia del Batuque en ésta región, data desde los inicios del Siglo XIX; para Correa, el periodo inicial del Batuque se sitúa en la misma región entre los años 1833 y 1859.

Si así fuere, permanece aun la duda de saber si la estructuración del Batuque ocurrió posteriormente o paralelamente a la estructuración del Candomblé de Bahía, dado que el primer terreiro de Candomblé habría surgido en el año 1830 (R.B.: Jensen); la misma duda había planteado M. Herskovits en 1942, al efectuar una comparación entre el Candomblé de Bahia y el Batuque de Rio Grande do Sul, en donde propone una hipótesis en la que la existencia del africanismo en Rio Grande do Sul resulta de un trabajo independiente y paralelo de “idénticos impulsos culturales africanos primitivos”; decía sin embargo, que “tal hipótesis debería ser revista con los avances de los estudios historiográficos sobre la migración negra dentro de Brasil y de la procedencia tribal africana de los negros importados hacia la parte sur del país.” (R.B.: Herskovits).

Aun así, a partir de las décadas de 1870 y 1880, los periódicos de la región presentan con cierta regularidad, en sus páginas policiales, notas sobre cultos de matriz africana. De hecho, en los periódicos Correio Mercantil e Jornal do Comércio, de Pelotas, como también en la Gazeta Mercantil de Rio Grande, se pueden leer noticias que hablaban de la “prisión” de "feiticeiros" e "feiticeiras", como esta: “Foram presas à ordem da delegacia, duas pretas feiticeiras que atraíam grande ajuntamento de seus adeptos. Na ocasião de serem presas, encontrou-se-lhes um santo e uma vela, instrumento de seus trabalhos…” (Jornal do Comércio, Pelotas, 9/4/1878, p. 2) (Sic). En cuanto al mito fundador del Batuque, existen dos versiones; una que afirma haber sido traído para esa región brasilera por una esclava llegada de Recife; y otra que no asocia a un personaje en particular pero sí a etnias africanas (de ahí podría desprenderse el calificativo común de “Naciones”) que lo estructuraron en base a una resistencia simbólica a la esclavitud. Las noticias relativas al Batuque en Porto Alegre, datan preferencialmente de la segunda mitad del siglo XIX, sugiriendo que su origen o, lo que es más probable, su incremento, puede haber ocurrido en virtud de la migración de esclavos y ex-esclavos de la región de Pelotas y Rio Grande hacia la capital.

Nuevamente, las principales fuentes de referencia son los periódicos que reportan acciones policiales contra los terreiros. Lilian Schwarcz transcribe por ejemplo, un reportaje del Correio Paulistano, del 30 de noviembre de 1879, titulado "Os feiticeiros do RS - Grande Caçada". Dice el reportaje: “a polícia tomou ontem em uma casa 42 pretos livres e escravos e 11 pretos minas. A caçada deu-se às 10h30 da noite no momento em que o preto João celebrava uma sessão de feitiçaria. Foi uma surpresa e um desapontamento que aqueles fiéis crentes jamais perdoarão a polícia [...]. A polícia apreendeu cabeças de galo e outros manipansos. Os principais atores da indecente comédia foram recolhidos à cadeia e os escravos castigados.” (Sic). Demás está decir que las persecuciones a los terreiros no dejan de expresar cierto miedo del hombre blanco, delante del poder de manipulación de las fuerzas sobrenaturales por parte de los esclavos y sus descendientes. Obviamente que aquella persecución (aunque incluso hoy en día, en forma asolapada continúa) era siempre precedida de un conjunto de estigmas lanzados sobre esas “religiones o sectas”, para justificar tal proceder.


Hasta la próxima, axé de Xangô a todos y todas.

Modúpé lówó àwonòrìsà mi bùnkún fun áwa ati àlàáfià.
Káwó kábíyèsí lè Obakòsó Sàngó Aganjú !!! 

Pai Fabio de Sàngó Aganjú
Ilê Aláyéluwa Sàngó - C.E.U. Pai Xangô 7 Pedreiras 

La realidad de la vida es la vida misma, cuyo comienzo no está en el útero y cuyo fin no está en la tumba. 
Gibran Khalil Gibran (1883-1931) Ensayista, novelista y poeta libanés. 

Datos de la publicación:
Autor: Ari Pedro Oro
Traducción: Pai Fabio de Sàngó Aganjú
Fuente: Religiões Afro-Brasileiras do Rio Grande do Sul: Passado e Presente (texto presentado en la 53º Reunión anual de la Sociedad Brasilera para el Progreso y la Ciencia (SBPC), Salvador, Bahia, del 14 al 17 de julio de 2001, en el simposio: "Afro-Diversidade no Brasil"; coordinador Reginaldo Prandi.)
Imagen: Grabado “O Tráfico de Escravos” (S.XIX) de C.P. Speke